Una imagen aparece en la mente.
Y el deseo de pintarlo. Un anhelo físico de traer lo imaginario a la
Existencia y así expresarme. A veces no hay imagen, pero si el deseo
de crear. Hundir mis manos en la arcilla, mezclar y esparcir
pigmentos, remover la materia, hasta que aparezca en el
lienzo la imagen. Confío en este proceso. El proceso creativo
es inteligente. Y, como dice el pintor: “Mis cuadros son más
listos que yo”